Mendoza tiene diez refugios para mujeres en situación de violencia degénero, tres menos que hace dos años

En 2022 eran trece, pero quedaron en diez tras el cierre del de la Fundación Sobran
Motivos y dos de gestión municipal que están en búsqueda de un espacio propio.
Albergan alrededor de 300 mujeres, niñas y niños que no tienen otra red de
contención y necesitan dejar el hogar donde conviven con el agresor.

El refugio de la Fundación Sobran Motivos (FSM) para mujeres, niñas y niños en
situación de violencia de género fue el primero de su tipo en Mendoza y en marzo
cerró sus puertas. Sobre la base de esta noticia, desde Unidiversidad consultamos a
la Dirección de Género y Diversidad sobre la situación provincial e informaron que
son diez en total los refugios, uno dependiente de la administración central y nueve
municipales. En 2022 eran trece, pero hoy se restan dos departamentales que están
en búsqueda de un espacio propio para reabrir y el de la FSM.

En marzo del 2024 la Fundación Sobran Motivos comunicó el cierre de su refugio
para mujeres y sus niñas y niños en situación de violencia. En 2012, cuando abrió,
fue el primero de la provincia y, en todos estos años, alojó a más de 3000 personas
en esta situación de vulnerabilidad. Pero el funcionamiento se volvió insostenible
por las dificultades económicas, dadas tanto por el incremento desmesurado del
costo de alquileres y servicios, como del de los alimentos.

En diálogo con el portal Mendoza Post, una de las abogadas y fundadoras de
Sobran Motivos explicó que una de las fuentes de ingresos se redujo de manera
significativa con el cambio de Gobierno nacional, dado que finalizó un convenio con
el Banco Nación mediante el cual la Fundación recibía donaciones de usuarios y
usuarias mediante su sistema de puntos. Además, el dinero que recibían de la
provincia desde 2016 llegaba de forma discontinua y no alcanzaba a cubrir los
mayores gastos del refugio ni conseguían cubrirlo de otra manera.

Belén Bobba, directora de Género y Diversidad del Gobierno de Mendoza, dio un
panorama de la situación provincial en este punto, ante el cierre de la FSM. En 2022
eran trece, pero actualmente son diez en total los refugios de protección
transitoria: nueve municipales y uno de administración central. Además, hay dos
que actualmente se quedaron sin espacio y buscan alquiler, mientras cubren
–provisoria y parcialmente– sus necesidades con cabañas, pensiones y hoteles.

Son alrededor de 300 las mujeres, niñas, niños y personas LGBTIQ+ que se alojan
anualmente en los refugios, que siempre son la última opción de abordaje. Lo que
se procura en instancias previas es buscar una red de contención previa –familiar,
por ejemplo–, garantizar medidas de protección o articular con la Justicia la
exclusión del hogar del agresor, para que no sean las mujeres con sus niñas y niños
las que tengan que salir de su centro de vida o modificar su cotidianidad.

En los nueve refugios de gestión municipal, los municipios –valga la redundancia–
toman las decisiones sobre su funcionamiento, prestación de servicios y apertura o
cierre. En esos casos, el trabajo de la Dirección de Género y Diversidad de la
provincia es, por un lado, descentralizar fondos mediante el programa Nuevas
Redes para compra de mobiliario, mejoras de infraestructura y pago de alquileres y
servicios. Por otro lado, se encargan de brindar acompañamiento técnico, asesorar
en el armado de protocolos, articular con fiscalías y capacitar a operadoras y
equipos profesionales en violencia de género.

En el marco de la reducción de ministerios y la eliminación del de Mujeres, Géneros
y Diversidades, las partidas presupuestarias en políticas públicas para reducir la
desigualdad de género se vieron directamente afectadas. En lo que va de 2024, el
gasto fue el 33 % más bajo que en 2023, es decir, prácticamente lo mismo en valores
nominales. Son datos de Chequeado que evidencian que, sin ajustar por inflación, el
recorte es significativo. Es el caso del programa Acompañar, que ofrece una
asignación económica equivalente a un salario mínimo, vital y móvil por seis meses
a aquellas mujeres que, producto de la violencia machista, abandonen el hogar.

Acompañar es una acción clave para promover la autonomía económica de aquellas
que necesitan dejar la vivienda de su agresor. Eso también afecta a las mendocinas
y, con recursos más limitados pero con igual intención, a nivel local se sostiene un
programa en el área de acompañamiento psicosocial de la Dirección de Género y
Diversidad. Según cada mujer, se las acompaña en la búsqueda laboral, capacitaciones
o creación de emprendimientos. Además, intentan articular con la Dirección de Economía
Social, la Subsecretaría de Trabajo y Empleo, el programa Enlace y otras áreas municipales.